Santos caracoles
- marissa
- Mar 22, 2020
- 2 min read
Solía pasar el día estudiando, hace como 4 años por la época de primavera decidí descargar una app para citas por internet, no conocía a nadie, acaba de volver a casa y quería entretenerme con algo; tenía miedo por lo que decían del peligro que corre una si acude a esas citas en persona pero no perdía nada con platicar con gente fuera de mi burbuja, y ahí lo conocí.
Platicábamos por horas todos los días hasta que ambos nos animamos a dar ese paso para conocernos, después de un tiempo la chispa salió y me sentía bien, sabía que él se sentía bien porque era divertido pasar tiempo juntos, pasamos de ser amigos a novios y todo era genial, me divertía platicando mis cosas nerds y raras y yo lo escuchaba platicarme con tanta ilusión y emoción sobre videojuegos y star wars, tanto que me llegó a gustar ese pedo. Poco a poco ambos conocimos a la familia uno del otro, pasábamos tardes de palomitas y alguna película, en el parque veíamos y criticábamos los zapatos de las chicas que veíamos, era divertido reírnos de unos zapatos galácticos color plata de chicas extrañas. Nos abrazamos, reímos, jugamos y sufrimos los problemas uno del otro e intentamos hacernos sentir mejor, darnos algún consejo o idea de qué poder hacer.

Pero no sé qué paso, quisiera que me lo dijera algún día, lo único que sé es que ese día quería platicarle algo que había visto en redes sociales y saber qué pensaba, platicar como siempre lo habíamos hecho; pero él solo dijo “no puedo esperarte, perdóname y ahí los vidrios pero necesito que te despidas y me perdones” bueno no uso esas palabras pero básicamente ese es el contexto, días después no podía asimilarlo y volví para preguntar si era en serio porque hasta ese mismo día habíamos ido a comer a nuestro lugar favorito, caminamos, platicamos y nos abrazamos; esperaba un no pero dijo que si… todo cambio, todo se volteo de cabeza, sentí que era un sueño y no podía despertar, los proyectos que tenía todos los tire a la basura, por poco dejo la universidad, deje de pintar, de leer, deje de ser yo misma.
Ya paso casi un año y sigo sin entenderlo, cada vez que lo quiero comprender termino picándome el alma. Cada día me hago más a la idea de que las personas siempre te fallan, por más cercanas que las sientas. Tal vez un día cambie de opinión, tal vez mañana ya no este aquí para saberlo o tal vez si y vuelva a ser la de antes.
Intento no recordar ese día, pero la memoria es canija y aún hoy me duele como ese viernes, intenté muchas terapias y ninguna ha funcionado totalmente, recuerdo los buenos momentos juntos pero ese día arruina a todos por completo. Intento concentrarme en lo que leo pero siempre aparece, sigue habiendo noches en las que duermo llorando. Pero también surge ese sentimiento de que puedo hacer las cosas, y aunque ha sido difícil apenas empiezo a crear nuevos proyectos, aunque no los termino supongo es avance el hecho de que los inicie.
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